lunes, 26 de diciembre de 2011

Cap 2°

Cuando al fin llegué a la casa, la abuela me recibió con una serie de regaños y demás típicos de los adultos “¿Estás loca? ¿Cómo se te ocurre irte sin siquiera avisar o dejar una nota? ¿Qué tal si te pasa algo? Bla, bla, bla, bla. Yo también te quiero abuela. Además no era una niñita pequeña, sabía defensa personal y algo de karate, podía cuidarme yo solita, y conocía los lugares a la perfección, porque después de todo no dejaba de ser mi hogar natal.
Después de sermones y demás subí a  la habitación que mis abuelos habían remodelado y decorado con muebles y demás especialmente para cuando yo fuera de visita a (tp) ___ así que prácticamente era mi habitación.
Me quedé ahí un rato escuchando algo de música en mi ipod y pensando en aquel extraño chico, ¿Quién era? ¿Por qué no se quería quitar la capucha y los lentes? ¿Dijo que era por seguridad? ¿Cómo se llamaba? ¿Lo volvería a ver de nuevo? ¿Dijo que vivía en Canadá? Muchas preguntas y ninguna respuesta, lo sé, era algo frustrante.
Así seguí un rato más hasta que dieron las 7 de la noche y decidí que era hora para alistarme para la gran fiesta de navidad a las 8.
Me di una larga ducha, me maquillé con solo lo necesario, quiero decir algo de rímel transparente y gloss, ya que no era de esas chicas que necesitaban toneladas y toneladas de maquillaje para verse bien, mi belleza era natural y era algo que me encantaba de mí; y por último mi vestido favorito.

Justo en el momento que acabé, el timbre sonó anunciando que el primer invitado ya había llegado.
Lo primero que hice fue asomarme por la ventana para ver quién era, ya saben, digamos que todos tenemos a nuestra persona menos favorita en nuestra familia, me entienden ¿no?
Pero solo era uno de mis tíos, así que decidí bajar y saludar por no ser grosera y mal educada.
-¡Bien! creí que decidirías quedarte de antipática en tu habitación- dijo Max al momento de verme bajar las escaleras.
-Ha-ha-ha – reí falsamente- Muy gracioso Max, créeme que a diferencia de ti, yo sé cómo manejar cualquier situación.
-Ah ¿De verdad?- dijo en tono burlón.
-Sip, absolutamen….
Al momento que iba a terminar la oración el timbre de la casa volvió a sonar y me di la vuelta para mirar hacia la puerta, que en ese preciso instante la abuela estaba abriendo.
-¡Oh Dios! ¡Qué bueno que llegaron!- gritó la abuela mientras abrazaba a las personas que acababan de entrar.
¿Qué era lo que sentía? ¿Tristeza? ¿Odio? ¿Desesperación? ¿Impotencia? ¿Todo junto?
-(Tn) ___ - susurró la señora que acababa de entrar  desde la puerta.
Al momento que su mirada se encontró con la mía, mis ojos se comenzaron a nublar y a llenar de lágrimas, no podía pensar con claridad y lo primero que logré hacer fue darme la media vuelta y dirigirme a la puerta trasera.
Todos los presentes en la habitación tenían sus miradas clavadas en mí y se quedaron en un espeso silencio que solo fue llenado con el azote de la puerta trasera que solté.
¿Cómo no lo podía haber visto venir? Bueno, creo que era demasiado obvio, digo, después de todo no es que no me esperaba que llegaran, pero tal vez una pequeña parte de mi alojaba la esperanza de que no lo hicieran.
Y aquí de nuevo era en la parte de mi vida que me daba cuenta, que en verdad no había logrado superar nada en lo absoluto y qué tan mal en realidad estaban las cosas. Lo sé, era algo decepcionante.
-No puedes evitarla por siempre- dijo alguien a mis espaldas.
No quería voltear, solo mirar hacia el infinito cielo estrellado, así que solo pude más que fruncir el ceño y tratar de evadir la realidad que me atormentaba.
Sentí como se colocó al lado mío y posó su mano en mi hombro, yo solo me hice a un lado y su mano cayó.
-No estoy evitando a nadie- dije como quien no quiere la cosa y aun sin mirarlo.
-¡¿quieres dejar de actuar así?!- dijo mi hermano con desesperación mientras me sujetaba por los hombros.
-¿Actuar como?- dije sin inmutarme y mirándolo a los ojos.
-¡Deja de actuar como si nada hubiera pasado! ¡Quítate esa máscara!
-¿De qué carajos hablas? Yo no tengo ninguna máscara puesta ¿ves? – dije  apuntando hacia mi rostro.
-No hablo de una máscara que se pueda tocar- dijo con el ceño fruncido.
-¿Estás ebrio?- dije en tono burlón.
-Cállate (Tn) ___, hablo de que dejes de ocultar tus verdaderos sentimientos.
-¿Qué? yo no oculto nada, yo demuestro lo que siento y punto.
-No es verdad, ocultas tus verdaderos sentimientos con una máscara de falsa tranquilidad y felicidad cuando en verdad te estas muriendo por dentro.
Lo miré sorprendida, pero al instante cambié de expresión y sonreí socarronamente, no quería que mi hermano se diera cuenta de nada, en realidad, más que eso, era que no quería que se preocupara de más por mí, él tenía ya para variar sus propios problemas, al actuar de esta manera a lo mucho podría llegar a desesperarlo, pero en cambio sí demostraba lo que en verdad ocurría tan notoriamente como en mi interior, se preocuparía y de nuevo seria la carga que era para él en el pasado.
-Ay Maxi, Maxi- dije despeinando su cabello, el solo me miraba con el ceño fruncido- ni tú sabes de que hablas, mejor regresa a adentro y atiende a los invitados. No querrás ser mal educado ¿Cierto?
-(Tn) ___, solo quiero ayudarte- dijo con mirada triste.
Volví a darle la espalda y mire de nuevo el cielo.
-No necesito la ayuda de nadie- dije airada- ¿Qué no vez que estoy bien? Yo me las puedo arreglar sola.
-Otra vez vas con el mismo teatrito- rodó los ojos.
-Entonces si ya te aburrió y ya te sabes el guión ¿Para qué carajos intentas cambiarlo?
-Porque me importa mi hermanita menor- sonrió para después ponerse algo serio- No me gusta la forma en que has impuesto esa barrera entre ustedes dos.
-Ya te dije que  yo no hago nada, si tanto le importara, ella ya habría roto esas barreras de las que tanto hablas, pero no, y en vez de eso le importa más su maldita felicidad antes que la mía.
-Sabes que no es así, ella te adora, y te consta, tú eres su principal importancia- dijo en un tono más suave.
-Para los ojos de los demás- aclaré- pero la realidad es distinta, además si tanto le importo como crees ¿Por qué no me escuchó cuando le dije que no quería nada de esto?
-Porque ya las cosas estaban hechas.
-Sí, solo me voy un puto año y todo se va a la mie….
-¿¡Quieres callarte!?- grito dejando inconclusa mi palabra- ¡Ya basta! ¡Ya me harté de ti!
Al decir estas palabras mis ojos se abrieron como platos y solo pude más que verlo sorprendida y con lágrimas que amenazaban con correr por mis mejillas.
-¿¡Vez en lo que te has convertido!?- vociferó- ¿¡Te das cuenta del daño que tu sola te provocas!? ¡Deja de decir malas palabras! ¡Deja de actuar como si todo te importara poco, cuando sabemos que no es cierto! peor aún ¡cuando tú misma lo sabes! ¡Tienes derecho a estar confundida! ¡Pero Dios santo! ¡Ya pasó un año!
- ¡Año que se cumple hoy! - dije con lágrimas por todo mi rostro- ¡¿Cómo me pides que lo supere cuando todo está mal?!
-¿Mal? ¿¡Mal para quién (Tn) ___?!
-¡Para mí! ¡Para mí, carajo!- dije desesperada mientras cubría mi rostro con ambas manos.
-Deja de ser una egoísta, solo piensas en ti y los demás te importamos poco- dijo molesto.
-¡Eso no es verdad!-grité con todas mis fuerzas- ¡¿Me dices egoísta a mí?! ¿¡A mí?! ¡Cuando ella es la que está siendo egoísta con nosotros!
-Habla por ti misma (Tn) ___ - dijo mientras dejaba de mirarme a los ojos.
-¡¿Qué carajos quiere decir eso?!
-Cuando dejes de hablar de esa forma te lo diré- dijo aparentando tranquilidad.
-¡Dímelo de una vez!- le exigí
Me miró con recelo- Quiero decir que si no fueras tan egoísta como lo eres, pensarías primero en su felicidad antes que en la tuya, ¿Qué no te das cuenta? ¡Ella es feliz! Después de haber sufrido tantos años al fin es feliz, y aunque tú no lo quieras ver ¡le duele la forma en que actúas!
No podía soportarlo más, todo lo que decía era un puñal al corazón, el cuál seguía encajado en él desde hacía tiempo y ahora formaba nuevas heridas, las cuales dudaba se sanarían pronto.
Genial, ahora mi propio hermano me decía que yo era la que siempre había estado mal, no podía soportar más sus regaños, lo empujé a un lado con todas mis fuerzas y me abrí camino hasta “mi habitación” donde lloré hasta que no quedaban más lágrimas por derramar.
*******************
Miré el reloj digital que estaba acomodado sobre una de las cómodas de mi habitación y lo acerqué a mí para verlo mejor, ya que después de tanto llorar mi visión era nublosa.
 -Fantástico- dije con sarcasmo- Son las 10 apenas.
No me agradaba para nada la idea de poner una buena cara y bajar solo para comer un poco, ya que no probaba bocado desde el desayuno y moría de hambre con el aroma del pavo relleno que llegaba a mi habitación. Pero no iba a morir de hambre, así que abrí los ventanales del balcón, al lado de estos había una escalerilla de metal que estaba adherida a la pared, para subir al tejado, así que salí del balcón y me sujeté fuertemente de la escalerilla para evitar caer, tampoco es que estuviera tan alto como para matarme, pero no quería romperme ningún hueso, podían decir que era una mocosa rebelde, pero tampoco tenía pensamientos suicidas.
Fui bajando con cuidado hasta llegar al seguro suelo y corrí a la puerta trasera que estaba del otro lado de la casa, cuando estuve ahí me asomé por una de las ventanas y pude ver como todos disfrutaban de la cena mientras bebían y reían sin parar.
Tampoco es que yo fuera una roca sin corazón, así que al menos ver que la abuela estaba contenta por haber logrado que la cena funcionara me alegró por ella.
Como lo supuse, la puerta trasera estaba emparejada, así que me apresuré a entrar y llegué a la cocina sin ser vista, ya que todo el mundo estaba en el gran comedor.
-Perfecto- dije mientras tomaba un poco de estofado de una de las cazuelas y me lo servía.
Probé el primer bocado y sonreí con satisfacción mientras me sentaba en la pequeña mesita de la cocina.
-Yum, la abuela sí que se pasa- canturreé.
-Hey! Alto ahí ladronzuela, te atrapé con las manos en la masa- dijeron desde la puerta de la cocina.
Me volteé rápidamente
-Oh, eres tú- dije sin ánimo alguno.
Increíble, justo lo que faltaba encontrarme con este tipo cuando estoy disfrutando de mi bello tiempo a solas. Era agobiante la manera que se trataba de hacer el gracioso cuando no lo era para nada ¡Por Dios! Era un señor de unos 40 años a lo mucho y trataba de hacerse el adolescente, era patético.
-¿Cómo estas (Tn) ___?- dijo haciéndose de oídos sordos a mi saludo.
-Hum, bien Tom- dije volviéndole a dar la espalda y tomando un nuevo bocado.
-Veo que estabas algo ocupada y no nos pudiste saludar- dijo mientras tomaba asiento junto a mí.
-Ah, sí, cosas que hacer- dije sin mirarlo.
-¿Y te divertiste con tus abuelos?- dijo tratando de hacerme la plática.
-Ujum.
-¿Por qué estás aquí sola?- dijo con su sonrisa estúpida- La fiesta está en el comedor  ¿Por qué no nos acompañas a todos? Tu madre te quiere saludar.
Dicho eso, tomé mi servilleta y me limpié mientras me ponía de pie.
-Sabes, acabo de recordar que quedé con un vecino de ir a darle su regalo de navidad- dije con una sonrisa falsa- Así que si me disculpas, será mejor que me apresure.
-Pero, (Tn) ___ tu ma…
-Chao- lo interrumpí mientras salía corriendo y lo dejaba con las palabras en la boca.
Salí de nuevo por la puerta trasera para no ser hostigada con miles de preguntas y me fui caminando por la banqueta cubierta de nieve mientras veía las miles de luces que adornaban con alegría todas las casas del alrededor.
El clima estaba frio, pero tampoco es que estuviera insoportable, así que seguí con mi camino sin rumbo alguno.
Necesitaba del frio invernal para despejar mi cabeza y tranquilizar todos mis sentimientos y no cometer una idiotez como asesinar al imbécil de Tom. Además si me desaparecía por unas horas dudaba que a alguien le importara o siquiera notara, así que todo estaba bien.
Sinceramente no se me ocurría un lugar en el cual podría pasar fácilmente dos horas, así que opté por ir a la zona turística del rumbo, donde había miles de tiendas y puestos donde poder distraerse.
Seguí caminando y cuando llegué me quede tonteando como los miles de turistas que pasaban la velada viendo los alegres villancicos en vivo,  las tiendas decoradas con miles de esferas y demás adornos navideños o simplemente tomando un rico chocolate caliente en los restaurantes de alrededor.
Opté como muchos, lo típico, así que escogí uno de los cafés menos atiborrados de turistas y me senté en una de las muchas mesas que había en la parte de afuera para ver por un rato los villancicos.
El lugar tenía un aroma delicioso a chocolate caliente y panquecillos de frutillas que iba perfecto con el ambiente navideño, me encantaba.

Tomé una de las cartas que había en la mesa solo para sonsear y que los meseros pudieran ver que si iba a ordenar algo y no era solo otra chiquilla que iba a molestar a los comensales.
Después de dos minutos una mesera que usaba un gorrito navideño se me acerco para tomar mi orden.
-Buenas noches, mi nombre es Marina, ¿Me permite tomar su orden?- dijo con una sonrisa y sacando una pequeña libretita de su bolsillo.
-Buenas noches, me gustaría ordenar solo un café.
-¿Capuchino está bien?
-Sip- dije con una sonrisa.
-Ok, enseguida vuelvo con su pedido.
Vi  como Marina se iba por una de las puertas que daban a la parte de adentro del  café y me quedé observando todo a mi alrededor, me encantaba mi ciudad, era una de esas ciudades donde podían ser las 10 de la noche y podías salir sin ninguna preocupación de que te secuestrarían o algo parecido.
Las personas seguían paseando y  dejando limosnas a los que cantaban en el coro, me entristeció un poco ver que todas las personas estaban sonrientes y tenían a alguien con quien estar en esta tranquila velada, no como yo, que estaba sola en un café observando a todo el mundo como una viejita viuda y con nueve gatos, sinceramente no me visualizaba así hasta dentro de muchísimos años.
Después de estar un tiempo pensando y llenándome de antiguos recuerdos algunos gratos y otros no mucho, Marina llego con mi café.
-Aquí tienes- dijo amablemente.
-Gracias.
Le di un sorbo y me quede viendo a un grupo de chicas que iban riendo y gritando sonseras por la banqueta.
-¡No puedo creer que lo hayamos visto!- decía una rubia.
-¡Ya, se! Además se portó súper lindo con nosotras y eso que es famoso- dijo su amiga.
-¡Creo que estoy enamorada! 
Las chicas se alejaron de mi vista y rodé los ojos mientras le daba otro trago a mi café.
Que bobas eran las niñas de ahora, se emocionaban porque una persona hueca y superficial les firmaba un garabato en un pedazo de papel que con los años se perdería o terminaría en la basura. Porque sinceramente eso es lo que eran las personas famosas, huecas y superficiales que solo se preocupan por cómo se ven y cuánto dinero se gastan al día, y sinceramente personas así me dan asco y para nada me agradan.
Después de haber terminado mi café le entregué a Marina el dinero y su propina y me fui, no tenía a un lugar a donde ir, además de que a lo mucho solo había pasado media hora, así que pasearía por ahí viendo las tiendas.
Estaba por abrir la puerta de salida del local, cuando alguien entró apresuradamente y chocó conmigo haciendo que los dos cayéramos al piso.
-Aj- dije sobando mi espalda – Ten más cuidado.
-Oh, disculpa lo siento mucho- dijo la persona que se estaba levantando del suelo y me estaba ofreciendo su mano.
-Yo puedo sola, no te preocupes- dije rechazando su gesto y alzando la vista para ver de quien se trataba.
-Yo…- dijo al ver mi rostro.
***************
Hola chicas!!! espero que les haya gustado el cap  =) y que hayan tenido una hermosa navidad,  muchisimas gracias por sus visitas significa mucho mucho para mi =D  y antes que nada les quiero recomendar una novela hermosisisismaaa yo la amé, espero que les guste tanto como a mi n.n es de una amiga que escribe muy lindo  ----->> http://wwwbelennovelas.blogspot.com/   leanla!! =) 

Gracias, comenten y diganme si les gusto el cap n.n

Mi twitter --->> @lovely_andy_

Las quiero!!!
Andy....

2 comentarios:

  1. awsssssssss!! ess esss ess... ahh!!! me encantoooo!!! gracias a dios el siguiente cap ya esta ublicadooo!!! jajaa

    esta lindaaaa

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  2. :D Capítulo dos y ya lo amo! soy tu fan!

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