viernes, 16 de diciembre de 2011

Cap 1°

Navidad… la época del año más hermosa y fabulosa… excepto para mí.
Verás, siempre todas las vísperas de navidad son insufribles para mi desgracia, ¿La razón? Digamos que después la sabrán.
Pero mientras tanto digamos que estas no eran para nada mis épocas favoritas del año.
Hasta que bueno…. él me hizo cambiar de parecer…
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Mi historia comienza la víspera de navidad pasada, eran las ocho en punto de la noche y el tic-tac del enorme reloj del abuelo  resonaba por todo el vestíbulo principal de la ya adornada casa. Todo era paz y alegría. La abuela se empeñaba en hacer su perfecto pastel navideño con higos, arándanos y demás frutos secos y Max mi hermano mayor ayudaba al abuelo con los adornos navideños para la ocasión; todo el mundo tenía una importante labor que realizar para los preparativos de la gran fiesta de navidad que se realizaría el día de mañana 24 de Diciembre, sí, todos excepto yo…
-¡(Tn) _____!  ¿Acaso no planeas ayudar con los preparativos?- gritó la abuela desde la puerta de la cocina donde me observaba con el ceño fruncido y las manos en jaras.
La miré detenidamente, mi abuela era la mujer más mandona y estirada cuando se trataba de asuntos de importancia para ella, pero en situaciones normales y corrientes era la abuelita perfecta de un cuento para niños, ella era como un personaje salido de cuento físicamente hablando, siempre usaba sus vestidos de seda y encaje que rozaban el suelo como una perfecta nube que la seguía a todos lados y  su cabello era rizado y corto de un color platino que la hacía ver aún más elegante y bella.
-Anda, ¿Qué esperas?- volvió a decir - ¿O piensas quedarte sentada en ese sofá todo el día?
Sonreí sarcásticamente y me puse en pie – No abuela, es solo que tú no me pones a hacer nada y en ese caso ¿Qué mejor que holgazanear por ahí?
Ella rodó los ojos y sonrió un poco con algo de nostalgia en su mirada – Te pareces tanto a tu madre…
Al momento que dijo eso mi mirada se volvió distante y fruncí los labios con fuerza mientras me daba la vuelta – Voy a poner los adornos restantes de afuera- anuncié mientras salía con paso rápido hacia la puerta.
Cuando estuve fuera solté todo el aire que había estado contendiendo desde que la abuela había mencionado esas palabras típicas que te decían los mayores. Fruncí el ceño aún más y recargué mis codos en el barandal del porche con la mirada fija en el paisaje cubierto de nieve.
Pff- resople- ¿Qué acaso la anciana planea martirizarme toda mi condenada vida con lo mismo? Yo ya lo superé, que ella haga lo mismo y no me ande con el mismo discurso cada tanto- dije molesta.
Ya había pasado un año, pero eso no lo dejaba de hacer menos doloroso, cada que recordaba eso sentía un vacío enorme en mi interior y como si todos los muros que había construido en mi corazón, se fuesen a derrumbar de un momento a otro dejándome expuesta y vulnerable ante todo. Lo sé, pensarían que soy solo una mocosa malcriada que se quiere hacer la fuerte y la trae contra todo el mundo, pero en cierto punto lo era, ¿Qué puedo decir? No soy perfecta  y si era así era porque tenía mis razones de ante mano y no pensaba cambiar solo porque los demás pensasen tal o cual cosa de mí, simplemente yo no era así. Y lo peor de todo era que yo no había sido de esta forma toda mi vida, en lo absoluto, era solo que me había vuelto más fría y distante, pero por dentro seguía siendo la chica linda y amigable de Latinoamérica que siempre había sido.
El simple hecho de encontrarme en la situación en la que estaba, me hacía sentir impotente y desgraciada y me hacía desear con todas mis fuerzas que todo lo que estaba sucediendo solo fuese un mal sueño y que todo desaparecería con el simple acto de abrir los ojos… lástima que no era el caso y jamás pasaría, siempre me encontraría en el maldito hoyo en el que me había decidido arrojar yo sola… me constaba que las cosas jamás volverían a ser como lo habían sido alguna vez.
Una lágrima delatadora corrió por mi mejilla haciéndome sentir expuesta y tonta, la sequé rápidamente para así volver a mi máscara de siempre que no mostraba lo mucho que en verdad estaba sufriendo y cerré los ojos con fuerza para tranquilizarme un poco más.
-¿Te encuentras bien?- se escuchó una voz que provenía de atrás de mí.
Me di la vuelta rápidamente un tanto sobresaltada ¿Cuánto tiempo había estado ahí? ¿Habría sido espectador del teatrito que había prometido solo montar para mi sola?
-Sí, estoy perfectamente- mentí. Algo que ya se estaba haciendo costumbre en mí desde los últimos meses y por tanto me salía tan perfecto como una verdad.
-No lo creo- dijo el abuelo que me conocía tanto como para saber a qué jueguito estaba jugando.
Lo miré con un poco de cólera, lo sé él no tenía la culpa de nada y de nuevo era solo yo, pero sinceramente hubiera preferido que lo dejara pasar y no intentara hacerme hablar de algo que los dos sabíamos yo no iba a responder.
-No puedes borrar lo que ya está escrito en piedra- dijo mientras se acercaba a mí y miraba el paisaje invernal que teníamos delante de nosotros.
-Yo no intento borrar nada- dije cruzándome de brazos y mirando al igual que él hacia la nada.
Sentí la mirada del abuelo clavada en mi perfil, pero lo pasé por alto y seguí con lo mío.
-Porque sé que es algo imposible- concluí.
-No tienes que hacerte la fuerte (Tn) ____- sentenció el anciano mientras posaba su mano en mi hombro.
Lo miré con los ojos opacados- No es que intente hacerme la fuerte, porque ni siquiera lo soy, si al menos lo intentara o lo fuese no estaría aquí en primer lugar.
-No digas eso linda, las cosas pasaron porque así lo quiso el destino.
Quite su mano de mi hombro – Entonces está claro que el destino lo único que quiere es malograrme la existencia.
-No puedes vivir siempre estancada en los mismos pensamientos (Tn) ____, sé que ella no lo quiere.
-Habla por ti mismo- dije engreídamente.
-(Tn) _____, sé que te duele todo lo que pasó y como se tornaron las cosas, pero tienes que aceptarlo, te pido que no te cierres, eres la menor y por tanto  no comprendes demasiado como fueron exactamente las cosas y eso lo hace aún más doloroso, pero no puedes solo hacer como que nada pasó y borrar todo…
-Si puedo- lo interrumpí- y así estoy perfecta, al menos lo he estado por todos estos meses.
-No estás perfecta, por lo contrario estás viviendo un infierno- insistió.
Lo miré a los ojos por primera vez desde hace un rato – Entonces si ya lo sabes ¿Por qué quieres que yo te lo diga?
-Linda, lo único que no quiero es que sufras, sé feliz, tienes solo 14 años, tienes una vida completa por delante y no la vas a malograr solo porque piensas que la vida tiene algo contra ti.
-No lo pienso, así es como son las cosas, y no cambiaré de parecer- dije con terquedad mientras volvía a entrar a la casa.
Subí las escaleras rápidamente y llegué a mi habitación donde cerré la puerta con más fuerza de lo necesario y me arrojé a mi cama a echarme a llorar como no lo había hecho en unas semanas.
Lo sé, pensarían ¿Qué rayos le sucede a esta? pero si no conocen como fueron en verdad las cosas no lograrían comprenderme por más que lo intentaran. Y ahora pensarán ¿De qué está hablando?
Bueno, es algo de lo que no me gusta conversar con nadie y si lo supieran entenderían él porque, pero por ahora me conformo con decir que el dolor que siento ahora, no se compara con el que sentí ese preciso día, ese 24 de Diciembre que hizo que mi vida se cayera a pedazos y que jamás volviera a ser como lo solía.
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No supe exactamente cuando fue que me quedé profundamente dormida, pero con tantas horas de llorar como si no hubiera fin, porque sinceramente no lo había encontrado hasta ahora, no me extrañaba que ya fuera un nuevo día y la luz mortecina de la mañana se colara por mi ventanal.
Me puse de pie rígidamente, me dolía todo el cuerpo, al parecer había estado durmiendo en la misma posición toda la noche. Traía por lógica la ropa del día de ayer y podía sentir mi celular y mi ipod en las bolsas de mis jeans, saque el celular y vi que tenía unos dos mensajes en la bandeja, el primero era de mi mejor amiga Hayley y el segundo era de unas notificaciones pendientes en mi Facebook.
Obviamente abrí el de Hayley que decía algo así:
Niña, ¿Qué pasó contigo? Parece como si te hubieras esfumado de la faz de la Tierra ¿Sabes lo que es no saber nada de tu mejor amiga en casi un mes? Exacto, es una porquería. Así que más te vale contestar.
Besos, Hayley.
Rodé los ojos y sonreí un poco, ¡Woow! La primera sonrisa natural que lograba salir de la comisura de mis labios desde lo que parecía una eternidad. Se podría decir que era un ¿progreso? No, no lo era, como siempre sería algo pasajero que después acabaría por irse. Así era siempre. Y más en este maldito 24 de Diciembre que para mí era el peor día del año por los acontecimientos ocurridos.
Le respondí:
Pues ya sabes aquí  todo está normal, mi vida es una mierda y no creo que cambie o pueda empeorar más, fuera de eso todo pinta de maravilla, lindo ¿eh? y sí, nos tenemos que ver y también te extraño mucho, estaré de vuelta en Canadá en un par de días ¡yupi! :/
(Tn)___.
Era obvio que aquel mensaje era completamente sarcástico, porque digo ¿a quién le gustaría regresar a la basura de vida que llevas en ese lugar que tanto odias? Después de eso dejé mi celular en un buró que estaba al costado de mi cama y me di una ducha rápida y me puse mi típica ropa de siempre. 
Que era algo así:

Bajé corriendo las escaleras y me encontré con la sorpresa de que no había nadie en la casa, genial, una enorme casa para mi solita, no es que me hubiera importado mucho ni que fuera a armar una fiesta en ¿Qué? unos minutos, no, era solo que a veces me gustaba disponer de mi tiempo para estar yo solita con nada más que mi misma compañía, Si lo sé, soy rara.
Saqué una botella de agua del refrigerador y la bebí rápidamente mientras recorría con la mirada la cocina, la casa de los abuelos era prácticamente una mansión, era tan grande que había partes que yo desconocía de su existencia y era muy linda, algo así como estilo europea, me encantaba, claro que odiaba las circunstancias por las cuales me encontraba ahí esta navidad, pero no podía culpar a la casa.
Mi celular comenzó a vibrar y lo saqué de mi bolsillo, era otro mensaje de Hayley.
¿Una mierda? Wow! Eso es tan raro en ti… solo te vas por un mes a (Tp) ___ y mi amiga ya es más antipática de lo que ya era antes haha, como sea,  ¿Cuándo regresarás exactamente?
Hayley.
Volví a sonreír un poco, Hayley se había convertido en mi mejor amiga desde que me había mudado a ese asqueroso lugar, ella había sido la única persona con la que me había logrado abrir por completo por lo que ella conocía exactamente mi historia a la perfección y había sido la única que me había comprendido cuando creía que todos los demás no lo hacían, ella había estado para mí todo momento y éramos prácticamente inseparables en el colegio, esa era la razón de la que me invitaran a varias fiestas y no fuera una rechazada social por completo. Hayley era lo que se podía decir una chica linda y popular a la que todo el mundo quería seguir y parecérsele, pero para nada era una hueca como algunas de mis otras compañeras que solo competían por ver quién llevaba el escote más atrevido o quién “agarraba” más con los chicos, No, Hayley y yo no éramos así, sin embargo las personas querían estar a nuestro alrededor y nos invitaban a fiestas, aunque yo era algo, bueno, mucho muy tímida no dejaba de ser una chica linda y que le gustaban las fiestas ¿Por qué a quien no le gustan? Gracias a Hayley había logrado aunque fuese un poco, encajar en ese lugar.
En fin, yo me había ido a (Tp) ___ para celebrar con mis abuelos las fiestas de navidad, y había dejado por un par de semanas mi triste realidad que era Canadá y había venido aquí, donde había vivido toda mi vida y donde todo solía ser perfecto hasta que… bueno, hasta que ella lo malogro todo con sus decisiones, ya había pasado un año desde todo lo ocurrido, pero esta  fecha era dolorosa para mí y era la razón de mi drástico cambio de actitud y comportamiento en el último año.
Haha ya me conoces, sonsa, estaré regresando en unos tres días, así que pide permiso para ir a la casa de esas personas que viven conmigo y todo normalaso ¿Ok?
(Tn) ___.
Después de eso salí a la terraza que había en la casa, era un lugar hermoso y bueno para estar a solas, me encantaba pasar horas ahí leyendo o simplemente haciendo nada mientras escuchaba música en mi ipod, cuando llegué me recosté en el césped mientras observaba las nubes en lo alto del cielo.
24 de Diciembre…. ¿Por qué había ocurrido todo eso en una época se supone tenía que ser linda y perfecta? ¿No acaso se suponía que tenía que estar llena de paz y armonía? En mi vida había pasado todo lo contrario ¿Había sido tan mala persona para que me mereciera todo esto?
Si sé, no tienen ni idea de lo que me refiero, pero les contaré solo una parte.
Verán, mi vida dio un inesperado giro cuando ese maldito 24 de Diciembre pasó lo que pasó, mi vida era perfecta, vivía aquí en Latinoamérica, tenía muchos amigos y era una chica linda a la que le encantaba sonreír y divertirse, pero fue entonces  cuando todo en lo que creía se vino abajo y yo junto con ello, yo tenía solo 12 años, casi 13 y mi hermano 16, no podía decaer así como así y dejarlo ver como su hermana menor no hacía más que ser un estorbo y una gran carga, no, yo quería ser tan fuerte y madura como lo era él ante todo. Entonces fue cuando esa señora que solo me malograba la vida decidió que nos mudaríamos a Canadá, dejando todo lo que teníamos, todo lo que era perfecto atrás, yo le rogaba a ella que me dejara quedar con mis abuelos, pero ella se opuso firmemente y no tuve más remedio que darme por vencida, fue difícil para mí lograr encajar cuando llegue a esa nueva vida, a ese nuevo colegio, a todo, pero como siempre Hayley estuvo para mí desde el principio, pero no dejaba de doler, digo, ¡Dios! Solo había pasado un año y aunque a veces lo sabía aparentar muy bien, lo cierto es que había cambiado mucho, tal vez con Hayley podía ser la misma loca que regalaba sonrisas por cada sonsera, pero ella era la excepción, lo cierto era que dudaba algún día volver a ser la misma (Tn) ___ que era antes…
Como sea, esto no era ni la mitad de lo que en verdad había ocurrido, por lo que me sobraban motivos por los cuales no sentirme como una completa basura, sin embargo yo quería ser una  figura fuerte y estable como Max y no una carga, así que trataba de dar lo mejor de mi aunque por dentro me estuviera muriendo, así eran las cosas.
Mi celular vibró de nuevo y vi el nuevo mensaje de Hayley.
Hahaha ¿Esas personas que viven contigo? Nuca cambias, sonsa. Ok pediré permiso para ir a TU casa Hahaha nos vemos, Chao.
Hayley
Comencé a teclear la respuesta:
Hahaha y no pienso cambiar, y no es MI casa, mi casa está aquí en (Tp) ___ con mis abuelos, ese es el lugar en el que me quedo temporalmente con esas personas y mi hermano. ¡Te estaré esperando!
Besos (Tn) ___.
Después de eso pase un rato más en la terraza, hasta que decidí que estaba lo suficientemente aburrida como para salir y dar un paseo por el parque que estaba cerca de la casa, me dirigí a mi habitación y tomé mi chaqueta favorita y un gorro que había tejido… mamá para mí.
Cuando salí una ligera, pero fría ráfaga de viento me caló los huesos y me arrebujé en la chaqueta, mientras caminaba por la acera de la banqueta que tenía unos cuantos restos de nieve en ella, mi vista estaba fija en el suelo y mi mente estaba en otro lugar muy distante al presente.
Seguí caminando hasta que llegué al parque, era un lugar bellísimo y más en invierno ya que todo estaba cubierto de nieve y el lago era una excelente pista de patinaje donde personas de todas las edades podían disfrutar de un lindo día.
Me senté en una de las bancas más cercanas a un inmenso árbol de cerezos y me quedé observando todo con detenimiento, mientras me volvía a sumergir en mis pensamientos…
-¿Está ocupado?- escuché que decía alguien a mi costado con la voz algo exageradamente ronca, pero no le tome importancia.
-No, está libre, puede sentarse si quiere- dije sin siquiera voltear a ver a la persona.
-Wow! ¿Sentarse? ¿Tan viejo me veo? – escuché que reía.
Eso me tomó por sorpresa y  levanté la mirada para ver a la persona, era un chico con lentes obscuros y una chaqueta azul marino que cubría su cabeza, fue algo  extraño porque podría pasar como asaltante, no podía ver bien su rostro, solo podía ver que tenía la piel clara y el cabello castaño cobrizo, ya que éste cubría una parte de su frente, no podía calcular muy bien cuántos años tendría, pero por su voz y eso, calculaba que unos dieci tantos.
-Oh,- reí tímidamente- Bueno, no soy yo la que lleva lentes obscuros con este clima, no es mi culpa haber pensado que eras un señor, te cubren todo el rostro- dije con una sonrisa sarcástica.
Se preguntarán ¿Qué ando yo hablando con un completo desconocido? Hahaha pues la verdad ni yo sé, pero me entró un sentimiento de curiosidad y misterio que me gustó, ya sé, pensarán que soy una loca, digo, ¿Qué tal si es un ladrón o algo así? Pero digamos que hoy no era precisamente mi día de cordura o de tener sentido, actuaba por puro impulso.
-Hahaha eres graciosa- dijo el chico- Pero es por seguridad.
-¿Ah?- pregunté confundida- ¿Seguridad? Lo dice el que parece un ladrón- reí un poco.
-Hahaha Nada, olvídalo- dijo sonriendo.
-Ok, eres raro ¿sabes?- sentencié.
-Tú lo eres más- dijo divertido.
-¿Qué? ¿Yo por qué?
-Tú eres la que está hablando con un perfecto extraño en el medio de un parque y no le importa que tenga aspecto de ladrón- rió con lo último.
-Bueno, tú también estás hablando con una perfecta extraña- me excusé.
Vi como el chico sonreía y se recargaba en la banca mientras miraba el paisaje como yo lo había estado haciendo hace unos minutos.
-Hay cosas en la vida que no necesitan una razón lógica, simplemente pasan porque sí- dijo con suficiencia.
-Exacto…- dije lentamente.
Esa frase era una de mis favoritas, y era increíblemente perfecta con la situación de ahora porque sinceramente yo jamás, y menos en estas fechas hacía algo que se pudiese decir lógico.
El chico me volteó a ver al notar que no respondía y me había quedado perdida en mis pensamientos, de nuevo.
-¿Estás bien?- preguntó dudoso.
-Ah, sí, sí, es solo que…
-¿Te distraes fácilmente?- concluyó.
-Sí, algo así- dije con una sonrisa tímida.
Sonrió- Todos tenemos nuestros días difíciles.
-¿Qué eres? ¿Un especie de lector de mentes?- dije entre risas.
-No, es solo que a todos nos pasa- agachó la mirada hacia sus zapatos- digamos que hoy tampoco es mi día.
Lo miré sorprendida, estaba claro que no debía de confiar en extraños, o siquiera hablarle a uno, pero ¿acaso era posible sentirte tan comprendida e identificada con solo unos cuantos intercambios de palabras? ¿Quién era este chico?
-Este yo…
-Oh, lo siento- se apresuró a decir- Debo de estarte aburriendo con mis loqueras, no es normal que alguien le cuente sus cosas a una chica extraña- dijo con una media sonrisa.
-No, en lo absoluto- murmuré- Créeme si te digo que te entiendo totalmente.
-Oh, ¿Mal día?
-Tanto como para hablar con un ladrón en la banca de un parque- dije con una sonrisa.
-¡Hey! ¿A quién llamas ladrón?- dijo acomodando su capucha.
-Ahaha En serio, ¿No piensas quitarte eso? – dije señalando lo que traía.
-Hum…
El chico volteo a su alrededor y sonrió.
-No, es más divertido así.
-Ok…- dije extrañada.
-No me mires como si fuera un loco- dijo riendo.
-Haha pues lo eres- dije volviendo a desviar mi mirada al lago.
Hubo un momento de silencio entre el chico de la capucha y yo, pero no me sentía incómoda o algo parecido, al contrario, eran de esos momentos en los que todo parece estar en calma y en su lugar.
-Es un lindo lugar ¿No?- dijo con una voz ronca tan sexy que me derritió por dentro y me hizo voltearlo a ver de inmediato.
No sé, tal vez ya me había vuelto completamente chiflada, pero me agradó la sensación
-Este… sí… es lindo
-¿Vives cerca de aquí?
-Hum, se podría decir…- dije dudosa y con algo de tristeza.
-¿Qué quieres decir?- preguntó interesado al ver mi reacción.
-Pues, la casa de mis abuelos está cerca pero…. Sí, eso.
El chico me miró confundido e intrigado a la vez, sinceramente no planeaba contarle que no vivía aquí y que más deseaba yo, que estar por siempre, además era un desconocido al que no volvería a ver en vida así que ¿de qué servía contarle toda mi verdadera y dolorosa historia? No, no le encontraba el punto a revivir todo mi horrible pasado.
-¿Y tú?- dije rápidamente antes de que me preguntara algo más.
-No, estoy de gi…. Viaje, de viaje- se apresuró a decir nerviosamente.
-Sí, lo sabía- dije tranquilamente.
-¿Qué?- preguntó sorprendido.
Lo miré divertida - Eres muy raro haha, lo digo por tu acento.
-Ah, oh- dijo sonriendo- Creí que no lo habías notado.
-Por favor, es obvio- dije con una sonrisa.
Esto de hablar con aquel divertido desconocido me estaba comenzando a poner de buen humor y al menos dejar por un ratito el dolor que me comía.
-Entonces tú eres de aquí- sentenció.
-Sip, 100% hecha en (tp) _____ ¿y tú?
-Hum yo soy de Canadá- dijo tímidamente.
-¿Canadá?- pregunté sorprendida.- ¿Es en serio?
-Hum si ¿Por?
-Ah, no, por nada- dije rápidamente.
Como ya les había dicho no quería que este chico supiera más de lo necesario de mí, porque si por mi hubiera sido,  yo nunca hubiera deseado vivir lo que estoy viviendo, así que con un extraño podía aparentar como si nada por lo que tanto sufría, en verdad estuviese pasando. Lo sé, soy una loca, pero esa era una forma de ocultar todo mi dolor y suprimirlo.
-Ok- dijo no muy convencido.
-Como sea, ¿De dónde eres exactamente?- pregunté intrigada.
-Viví toda mi infancia en la ciudad de Stratford- dijo en voz baja.
-Hahaha tranquilo, no pienso raptarte o algo por el estilo.
Rió- No es por eso.
-¿Te da pena?- pregunté
-No, ¿Contigo? Pff en lo absoluto.
-Hum, ¿entonces me dirás porque no te quitas eso?- insistí de nuevo.
-Nop- dijo divertido- es mejor dejártelo en suspenso.
Rodé los ojos y sonreí- Como quieras.
En ese momento mi celular comenzó a sonar y me apresuré a contestarlo sin siquiera ver de quien era la llamada.
-¿Hola?
-Hola, (tn) ___
- Ah, Max ¿Qué pasó?
-Nada, es solo que la abuela está como loca porque no sabe en dónde estás.
-¡Rayos! ¿En serio me necesitan urgentemente?- dije mirando de reojo al chico.
-(Tn) ____..... - dijo con su típica voz de hermano mayor.
-Está bien, está bien, pero solo lo hago porque no quiero que le dé un infarto después- Concluí.
-Muy bien, solo no tardes.
-Ya- y colgué.
Guardé mi celular de nuevo y volteé a ver al chico de la capucha que me estaba mirando fijamente y al darse cuenta que yo lo miraba también, se puso algo rojo y desvió su mirada.
-Hum- dije poniéndome de pie – Creo que ya me tengo que ir.
El chico me miró y se puso también de pie.
-Oh, que lástima, bueno fue divertido charlar contigo- dijo mientras metía sus manos en su chaqueta.
-Sí, lo mismo digo- sonreí –Bueno, chao extraño- dije mientras le hacía un gesto con la mano y me daba la vuelta desandando mi camino a casa de los abuelos.
-Oh, ¡espera!- escuché que gritaba.
Volteé un poco la cabeza y lo miré
-¿Sí?
-¡No me has dicho tu nombre!- dijo a lo lejos.
Sonreí pícaramente- ¡Es un secreto, chico de la capucha!
Dicho esto me volví completamente y me fui alejando de aquel chico que me había encantado conocer, lo sé, ni siquiera había pasado una hora de que lo conocía pero ¿Nunca les ha sucedido que sienten que con esa persona se conocen de hacía años? Bueno, si su respuesta es no, créanme que se siente algo mágico e inigualable.
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Hola chicas!! Bueno, este fue el primer cap de la nove, espero que les haya gustado n.n
Comenten!! y diganme que les pareció y les subo el cap 2  =D
Las quiero!!!
Andy.

2 comentarios:

  1. SIGUIENTEEEEEEEEE me encantaaaaa *-*

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  2. WWWWOOOOWWWWWWW! JAJAAJ me encantó!!!! escribes precioso!! el chico de la capucha::: wiiii!! era era.. waaaa q emosión!!

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