Cap 49° maratón*

-¿Quién eres?- escuché la voz del chico el cual me miraba atentamente como si fuera un espécimen raro en un zoo.

-Yo…- dije con los ojos bien abiertos y el corazón latiendo estruendosamente contra mi pecho debido a la adrenalina.

Los otros dos chicos se limitaban a observarse desconcertados al verse cubiertos de maple, jarabes, plumas y demás cosas.

-¿Quién eres?- volvió a formular la pregunta el chico quien estaba cubierto de crema y tenía un bigote falso de plumón en el rostro.

Tragué saliva audiblemente y me pegué contra la pared sintiéndome acorralada ante la mirada inquisitoria del chico quien no me quitaba la vista ni un segundo.

-Me… me llamo (Tn) ___- dije tratando de sonar firme, pero era obvio que no podía ni siquiera acompasar el ritmo de mi corazón y estaba de todo menos tranquila e indiferente.

-Bueno (Tn) ___ - dijo el chico acercándose a mí con paso dudoso- sabes que irrumpir en una casa ajena es un delito ¿No?

Asentí lentamente sin dejar de mirarlo.

-Y creo que es más que obvio que tu eres la responsable de esto ¿No?- dijo mirando a su alrededor la habitación que en estos momentos estaba completamente hecha un asco.

-Sí, fui yo- dije enderezándome y cambiando mi cara de terror por una de seriedad y sosteniendo la mirada del chico.

Y es que pensándolo desde otro punto de vista ¿Quién le iba a tener miedo a un chico con un bigote de plumón falso y el pijama cubierto de crema pastelera?

-Deberíamos llamar a la policía- dijo el chico al que le había puesto el guante rojo en la cabeza y parecía un pollo gigante.

-No- dijo el chico del bigote de plumón- No creo que sea peligrosa- dijo sonriéndome amablemente.

-¿Cómo dices?- dijo el tercer chico quien estaba maquillado como payaso y al parecer estaba tan confundido como yo.

-Supongo que lo único que quería era divertirse un rato y su intención no era lastimar a nadie- dijo sin quitar la vista de mis confundidos ojos.

¿Hablaba en serio? Sinceramente si yo hubiera estado en su lugar y hubiera visto a una mocosa mojada y extraña en mi habitación siendo victima de su propia broma, hubiera llamado a la policía de inmediato.

-No puedes esta hablando en serio Santiago- dijo el chico de las plumas como si estuviera leyendo mi mente.

-Sí, ¡solo míranos!- exclamó el chico pintado de payaso- Ella nos hizo esto ¿y tu lo vas a dejar pasar como si no fuera nada?

-La vida es para disfrutarla no para sufrirla- dijo el chico quien me sonrió y me extendió su mano- Mi nombre es Santiago.

Mi mano fría y temblorosa toco la suya suave y cálida provocándome un escalofrió por todo el cuerpo y un hormigueo en ambas mejillas.

-Yo… no debería de estar aquí- dije quitando mi mano rápidamente y mirando directo al suelo.

-Sí, tienes toda la razón- dijo el chico payaso, quien ya me estaba comenzando a hartar.

-Cállate Michael- dijo Santiago.

-¿Qué me calle? ¿Acaso tu eres el único que no se da cuenta?- dijo mirándome con despreció- ¿Quién eres y que estás haciendo aquí?

¿Quién se creía ese pedazo de imbécil para hablarme así?

-Me llamo (Tn) ___, como lo acabo de decir y lo que haga o no aquí a  ti te viene valiendo ¿Ok?- dije mirándolo de la misma forma.

-¡Llamaré a la policía si tú no lo quieres hacer!- dijo mirando con enojo a Santiago- Quiero ver si esta mocosa le responde igual a los policías- dijo con una sonrisa engreída en el rostro.

¿La policía? ¡Mierda! ¡Pattie me iba a matar y eso no es todo, mi madre! Fuck, fuck, fuck.

-¿Es en serio Michael? ¿La policía?- dijo Santiago con una sonrisa irónica- ¿Qué les piensas decir? ¿Una chica de 17 años entró a mi casa y me atacó con miel de maple y plumas?- rió.

No pude evitar no reír. Además ¿en serio me veía de 17?

-Tiene razón Santiago, Michael- dijo el chico pollo- Es mejor dejarlo por las buenas, ninguno de nosotros quiere problemas ¿Cierto?

-Al menos quiero que se largue de aquí- dijo Michael mirándome con el ceño fruncido.

-Por mi no hay ningún problema- dije caminando hacia el ventanal.

-No, espera- escuche que decía Santiago y me detenía por el brazo.

Yo me giré confundida a verlo.