El vacío, ¿Así se siente cuando te
sientes totalmente perdido, confundido tan… fuera de lugar? El caer… esa
sensación que brota en la boca de tu estómago cuando tu cuerpo parece estar
flotando, dando vueltas… pero al mismo tiempo hundiéndose en las profundidades
de lo desconocido… tal vez de lo que tememos … El miedo, esa sensación que
corre por mis venas y acelera mi corazón con cada latido que choca contra mi
pecho… La atracción, ese sentimiento repentino que por más que sepa es…
peligroso, lo hace aun más… misterioso, atractivo… tan, él.
Mis puños se cerraron en torno a la
suave y delgada sábana blanca que cubría mi cuerpo, mi corazón seguía latiendo
apresurado y desbocado, dejándome con esa horrible sensación de falta de aire
en el pecho, podía sentir como el pegajoso y frío sudor empapaba mi cuerpo, y
aunque estaba consciente de que era solo un sueño, por más que lo intentara no
podía salir de el, no podía siquiera abrir los ojos, hacer un movimiento,…
gritar.
El chirriante crujido de miles de
cristales resonó en mi cabeza con mayor ímpetu, el olor metálico y salado tan
característico de esa sustancia rojiza y pegajosa llenó mis pulmones y lo
último que mis pesados y cansados parpados percibieron, fueron esos ojos que
arrebataban el aliento y me miraban con tristeza mientras agachaba la mirada y
volvía a negar con la cabeza…
-¡No!- grité desesperada mientras en
un impulso me sentaba en la cama con la mano en la boca.
Todo estaba en su lugar, los muebles
de madera clara y fina, la pantalla colgada a la pared blanca con tonos rosa
pastel, las suaves cortinas de seda agitándose desde el balcón formando grandes
olas debido al fresco viento nocturno… y el reloj digital que amenazaba con
sonar en cualquier momento, sabía donde me encontraba, al menos eso lo hacía
parecer solo un sueño… o… una horrible pesadilla.
Mis ojos seguían dilatados y mi
corazón no había acompasado el ritmo en ningún momento, volví a recorrer la
habitación con la mirada, ante el temor que todo desapareciera y la pesadilla
cobrara realidad de un momento a otro.
Tomé un gran bocado de aire y mi mano
bajo hasta mi pecho sintiendo los sordos, pero fuertes latidos de mi agitado
corazón, una pequeña gota fría rozó mi mejilla y pude notar con gran
desconcierto que no se trataba de sudor frio, sino de lágrimas que brotaban descontroladas
de mis pesados párpados, froté con fuerza ambos ojos en un intento inútil de que
cesaran, pero parecían no tener fin.
-Fue solo un sueño- me dije a mi misma
en un intento de autocontrol.
Mis piernas colgaron de la cama y
seguido de esto, mis pies tocaron el frío piso de madera, cada paso que daba me
mareaba más y me hacía sentir de alguna forma totalmente perdida e insegura,
quería que todas esas sensaciones absurdas se alejaran lo antes posible, así
que apresuré mi lento paso hacia el balcón y una vez ahí, aspiré el fresco olor
a hierba húmeda, logré después de unos cuantos segundos acompasar mi
respiración y cada latido de mi corazón.
-¿Qué… fue eso?- pensé en voz alta
mientras cerraba los ojos y recargaba ambas manos en el metal del barandal.
A lo lejos el canto de los pájaros
comenzó a resonar en mis oídos y para cuando mis ojos volvieron a mirar el
cielo, este estaba totalmente despejado junto con suaves y finas nubes
anaranjadas y rosadas, pude notar que ahora estaba acostada en el piso de
mármol del balcón, ¿En qué momento me abría quedado dormida? ¿Habría pasado
mucho tiempo?
-Ok, está declarado, tengo serios
problemas- pensé con ironía.
Parecía que haría un buen día, claro
hablando solo del clima, ya que hoy me esperaba un tortuoso día de conocer la
tonta escuela, bueno al menos solo iba por mi material escolar y mis horarios,
pero eso no lo hacía parecer mejor de algún modo.
Me metí a la ducha y la cálida
sensación del agua recorriendo mi cuerpo, al menos logró alejar las imágenes y
sensaciones de la noche anterior.
Finalmente me decidí por este
conjunto:
-Hola Busca pleitos- rió Ryan cuando
me vió entrar a la cocina.
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