-Veo que estás muy pensativa- lo
escuché decir desde la puerta de mi habitación.
-¡Dios!- grité tirando las anotaciones
que habíamos hecho mi amiga y yo por todo el suelo- ¡Bieber! ¡Casi me matas del
susto!
-Hum… me gusta más cuando me dices
Justin- dijo con una mueca tierna.
-Así te llamas ¿No?- dije mientras me
agachaba para recoger los papeles.
-Sí- dijo agachándose enfrente de mí-
Pero me gusta más cuando tú me dices Justin- sonrió, a lo cual yo respondí
enarcando una ceja.
-Ok… ¿A ti que mosca te picó?
-Ninguna- rió- déjame que te ayude-
dijo tomando unas hojas.
-¡No!- dije arrebatándoselas de entre
sus manos.
Justin me miró desconcertado y yo
aparté rápidamente la mirada mientras me ponía a recoger todo apresuradamente,
evitándome topar con sus ojos.
-¿Y yo soy el raro?- dijo después de
un incómodo silencio entre los dos.
-Son cosas personales- dije colocando
las hojas detrás de mi espalda y poniéndome de pie.
-¿Personales?- dijo levantándose.
-¿A qué venías?- dije evitando sus
preguntas.
-Ah, eso- dijo mientras se sentaba en
mi cama- Venía a decirte que ya nos vamos.
-¿Vamos? ¿A dónde?- dije mientras
metía las hojas disimuladamente en un compartimiento del escritorio, sin
quitarle la vista de encima.
-Sí, recuerda que hoy seré tu guía
personal- sonrió.
-Querrás decir mi carcelero- hice una
mueca- Vamos a ir a la estúpida escuela ¿no?
-¿Qué tienes en contra de la escuela?-
rió.
-Es tonta y… no me gusta la idea de empezar
desde cero- admití.
Justin calló por un momento y después
sonrió.
-Estoy seguro que serás la sensación,
no creo que nadie se atreva a cerrarte los brazos.
-Es precisamente por eso que no quiero
ir- dije haciendo una mueca- Odio ser el centro de atención- negué con la
cabeza- simplemente no me agrada eso.
-Bueno…- dudó un instante- Creo que no
lo logras muy bien- su mirada se ensombreció.
Yo me limité a mirarlo tratando de
comprender las emociones que cruzaban por su rostro, pero de inmediato se puso de
pie y se dirigió a la puerta.
-Vamos rápido, señorita quiero ser
invisible- dijo saliendo.
-Ok… - dije viéndolo salir por la
puerta de mi habitación- Bipolar- murmuré.
Antes de salir y darle alcancé, me
giré hacía el compartimiento del pequeño escritorio de madera donde había
guardado las anotaciones y le eché candado, metiéndome la diminuta llave en la
bolsa de mis shorts, No sabía exactamente por qué, pero no me agradaba la idea
de que Justin se enterara lo que estaba tratando de descubrir… simplemente era
inimaginable tratar de ver la cara que pondría al ver las escasas, pero
posibles conclusiones a las que habíamos llegado Hayley y yo, además de las
miles de enfermedades relacionadas con la pérdida de recuerdos…
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